El pibe de oro de la tranza Porque siempre lo más fácil es tranzar. No importa el partido político ni la ideología. Tampoco el origen familiar o las ideas que se profesen puertas afuera. Adentro, en las mesas chicas del poder real, lo que cuenta, es si tal o cual persona está dispuesto a tranzar. Por eso Massa pasó de querer meter preso a los ñoquis de La Cámpora a formar parte del Frente de Todos (FDT) en un abrir y cerrar de encuestas, uy perdón; en un abrir y cerrar de ojos. Ya se le terminaba el tiempo y quedaba afuera de todo. 4 años más en el freezer opositor era muy magra cosecha para un dirigente acostumbrado a las comodidades VIP de los despachos de gobierno. Esa necesidad de mantenerse abrazado al calor del poder (que paga con su reparto de fondos, cargos y ministerios) lo llevó al Sergio de la Ancha Avenida del Medio a pararse en la vereda peronista nuevamente. Por supuesto tragando saliva, y escupiendo soberbia. Para poder acordar/tranzar con Alberto y CFK dejó esperando