EN UN MUNDO MAS DESIGUAL, LOS MILLONARIOS ALAMBRAN SUS YATES

Con o sin Pandemia, aflora la avaricia.

Cuando la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró la pandemia en marzo de 2020, el planeta vivía un fenómeno de consolidación de la desigualdad económica, cuyas consecuencias se podían apreciar en aspectos como las crisis migratorias. Desde que empezó el año y hasta el 16 de abril, llegaron a Italia 1.196 menores extranjeros no acompañados, una cifra que supone el 14 % del total de 8.520 migrantes que alcanzaron las costas italianas, informaron  el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) y la ONG Save the Children. Más de 100 mil personas se lanzaron al mar Mediterráneo para intentar llegar a Europa desde África, durante el último año. Le desigualdad en el mundo está fuera de control, según informe de OXFAM, titulaba el portal del canal alemán DW en el mes de enero, es decir 60 días antes de la declaración de la OMS respecto del COVID-19. 

Más de un año después, el secretario general de la Organización de Naciones Unidas (ONU), Antonio Guterres, convocó a los gobiernos del mundo a aplicar un impuesto "de solidaridad o a la riqueza" para reducir las desigualdades en la capacidad de combatir el coronavirus y acceder a vacunas. Sobre llovido mojado.


"Insto a los gobiernos a que consideren la posibilidad de aplicar un impuesto de solidaridad o sobre la riqueza a quienes se beneficiaron durante la pandemia, para reducir las desigualdades extremas", expresó Guterres en el Foro del Consejo Económico y Social sobre la Financiación para el Desarrollo.

En Argentina se impulsó un aporte extraordinario por única vez de las familias más ricas para poder sobrellevar la delicadísima situación. En la tercera semana de abril 2021, cerca del primer vencimiento del aporte solidario y extraordinario a las grandes fortunas, los principales accionistas de los grupos Clarín y La Nación S.A. presentaron demandas ante la Justicia contra la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) para evitar pagar el tributo.

Héctor Magnetto, Lucio Rafael Pagliaro y José Antonio Aranda ingresaron sus demandas en los juzgados federales. Hicieron lo propio, Matilda Noble Mitre de Saguier, vicepresidenta de La Nación S.A., y su hijo Alejandro Julio Saguier, integrante del directorio del medio.

Apenas 13.000 contribuyentes sobre una población de 44 millones de argentinos. Se trata de contribuyentes cuyos bienes (Patrimonio) superan los 200 millones de pesos. El Grupo Clarín fue también uno de los principales perjudicados por el DNU 690 que congeló las tarifas de telecomunicaciones, en agosto, y declaró al servicio como esencial.



El jugador de fútbol Carlos Tevez también presentó un amparo para no pagar el aporte con el argumento de que el impuesto es "confiscatorio".  Hace unas semanas, la jueza federal, Cecilia Gilardi Madariaga de Negre ordenó a la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) no cobrarle el “Aporte solidario y extraordinario para ayudar a morigerar los efectos de la pandemia” a Alejandro Scannapieco. El ejecutivo de la empresa de tecnología Globant presentó un amparo con el objetivo de no pagar el impuesto a la riqueza con el argumento que afecta el derecho a la propiedad privada.


El portal El Destape Web publicó un listado de millonarios argentinos que no quieren pagar el aporte votado en el Congreso Nacional. 

Cabe ahora una reflexión. Es tan cierta la obligación de pagar como contribuyente como el derecho cívico de reclamar en calidad de ciudadanos sobre una medida que se percibe como injusta. Ambas cuestiones son atendibles, porque hay razones y argumentos de todo tipo y forma al respecto. Ahora bien. Probablemente sea el momento más complejo que se vive en todo el mundo, y en particular en la Argentina, cuya economía ya viene de un estancamiento de varios años. 

Hay una dimensión que excede lo jurídico en las cosas. Excede lo económico, lo ideológico o político; la dimensión moral y humana de la vida en comunidad. Es el valor de la solidaridad con el prójimo. No es mirar al de al lado para saber cuánto pagó o si pagó más o menos que uno. Se trata de pagar con la convicción personal de que se está aportando algo al bien común, aún opinando que aquello no está organizado como nosotros creemos que sería correcto hacerlo o no es lo justo y necesario que debiera, para tal fin.     

Probablemente una parte del sistema judicial argentino ayude a los millonarios a esquivar éste tributo. No es el gesto que se espera de ciudadanos agradecidos con su país. Son 13 mil ganadores del sistema, que cuando el sistema los necesita para una supervivencia se comportan de manera refractaria. Indiferente al contexto dramático del resto de la población que trabaja o lucha para poder vivir.

Argentina tendrá en sus libros de historia el relato sobre la avaricia mostrada por los millonarios durante la pandemia; se incluyen futbolistas, empresarios del mundo tech, dueños de medios y editoriales, accionistas de empresas energéticas y figuras de la farándula local.



Aquella tapa del malogrado diario Crítica que dirigió Jorge Lanata, solventada con fondos de Raúl Moneta, en aquel momento se la denominó MORGANGATE (artículo del 22 de junio de 2008). Se trataba de una causa iniciada a partir de un arrepentido (Hernán Arbizu) que trabajó en JP MORGAN en New York y en la que revelaba en detalle con número de cuentas incluido como los empresarios argentinos más connotados sacaban dólares del país. No eran indicios ni declaraciones mediáticas sino datos concretos presentados en sede judicial. Un escándalo mayúsculo. 


Este 2021 es el portal El Destape Web quien picó en punta con la lista de los NO SOLIDARIOS, INSOLIDARIOS, ANTISOLIDARIOS, como les plazca decirlo. Avaros con o sin pandemia. En 2008 como en 2021. 



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