CONDUCTORES DE TV EN EL LODO DE LA POLITICA
Se hicieron conocidos como figuras destacadas de la televisión argentina. Crearon sus productoras, ganaron fortunas y luego les picó el bichito de la política. A algunos de forma directa como Marcelo Tinelli. Otros, como Pergolini más vinculados al prólogo macrista de hacer paso previo en la dirigencia del fútbol. En el caso de Fantino, el linkeo se hizo vía integrantes de su productora como nuevos funcionarios de la gestión CAMBIEMOS 2015-2019.
¿Vocación de servicio? ¿método de supervivencia en la arena pública? Herramienta de poder para concretar viejas revanchas? La política se les volvió un imán.
En 2013 Alejandro Fantino le dijo a Perfil: “Mi punto débil son los políticos”. Tenía 42 años. 8 años después habló públicamente de la posibilidad de incursionar en política: “No voy a actuar en política. No estoy preparado. Hace 15 años lo pensé, pero ahora no. Estoy estudiando filosofía, haciendo periodismo. Voy a seguir en esto”, dijo el santafesino (Fuente: Nexo diario). Juan Cruz Ávila, productor de Animales Sueltos, fue nombrado Políticas Universitarias apenas asumió la presidencia Mauricio Macri.
Mario Pergolini, también en 2013 contaba: "El 25 de mayo se va a cumplir un año desde que terminamos el teatro de Vorterix y lo inauguramos. A mí me agarró el cepo cambiario y el control aduanero justo cuando estaba a la mitad del río. Las pantallas, las cámaras, los servidores, un montón de cosas estaban en pleno camino. Con mucho esfuerzo, con puteadas públicas, intentando charlarlo por todos lados, agarré el último vestigio para poder realizar esto. A esta altura ya no hay forma de conseguir servidores en la Argentina ¿Qué estamos haciendo? Creo que, como todo hecho totalitario que se ha armado, nadie importa, nadie cambia dólares, es hasta casi ridículo. Cuando lo decís, ya sentís que es ridículo" (Fuente: revista Clase Ejecutiva).
6 años después Pergolini indicó que el gobierno de Macri “fue una oportunidad perdida”. En Marzo de este año renunció a la vicepresidencia del Club Boca Juniors. Había asumido en diciembre de 2019. Su paso como dirigente deportuvo fue de apenas 1 año y 3 meses.
Marcelo Tinelli hizo de “gran cuñado” algo más que una parodia del reality show Gran Hermano. Al empresario Francisco de Narvaez le permitió posicionarse desde la tv como candidato boanerense sin recorrer demasiado la provincia de Buenos Aires y ganar esa elección legislativa de 2009 al ex presidente Néstor Kirchner. El 3 de diciembre de 2015 el conductor de Showmatch compitió en elecciones para presidir la Asociación del Futbol Argentino (AFA), con un resultado tan insólito como aleccionador: Igualó con su contrincante Luis Segura en 38 votos en un sufragio del que participaron 75 votantes. La presidencia quedó finalmente en manos de Claudio “Chiqui” Tapia, de fuerte vínculo con el hombre fuerte de Camioneros y presidente del Club Atlético Independiente (CAI) Hugo Moyano.
Tras el paso en falso siguió metido en el ámbito del futbol pero le sirvió medir las diferencias entre una gestión privada de productoras de tv y fundaciones ligadas al RSE y la política deportiva, así como la gran política nacional a la que aspira adentrarse.
En los tres casos, Fantino, Pergolini, Tinelli hay una sucesión de amagues, vínculos y declaraciones públicas reiteradas que reflejan el interés en zambullirse en el lodo de la política más de lleno y menos de costado.
Claro que la experiencia vivida en los últimos 15 años por estas 3 figuras de la televisión y el espectáculo, tiene varios sinsabores. Una cosa es el mero lobby dentro de la política y otra muy distinta el liderazgo y construcción de un proyecto de poder para ofrecerse como opción, convencer a otros dirigentes, presentarse a elecciones, someterse a la voluntad popular en las urnas y luego asumir la responsabilidad de cumplir un rol en ámbitos ejecutivos o legislativos, donde se administran y orientan recursos escasos hacia un lugar u otro, priorizando a unos y postergando a otros, se firman compromisos con sindicatos, cámaras empresarias, entidades multilaterales de crédito, etc.
El paso de la televisión y el espectáculo hacia la política es un salto de cierto riesgo. Aunque con otras características, algo similar ocurre con los economistas devenidos en dirigentes políticos. Una cosa es tomar medidas de administración de recursos y otra cuestión bien diferente es tomar decisiones troncales de política económica que incluyen algo más que un ajuste estadístico o un reordenamiento presupuestario de aéreas de gobierno. Pero esa será otra historia, bastante más alejada de las luces de la televisión y el marcador crítico del rating en el prime time.
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